Actualidad

Las enfermedades y procesos originados en la región rectal baja y del ano representan alrededor del 35% de la patología quirúrgica general y el 40% de las consultas diarias atendidas en HSJ por el Dr. Gonzalo Gómez Guerra y la Dra. Mariela Braithwaite

La Proctología es la rama de la Cirugía que se dedica al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y procesos originados en la región rectal baja y del ano.

 

Si bien la mayor parte de las patologías en esta zona del cuerpo se caracterizan por ser dolorosas y causar múltiples molestias, hasta el punto de que el paciente no puede llevar una vida normal, los tratamientos suelen ser sencillos y, la recuperación, muy rápida. 

 

El Hospital San José cuenta para ello con un equipo médico y de enfermería especializado, con amplia experiencia en esta subespecialidad quirúrgica, así como con los últimos avances para el diagnóstico y la aplicación de procedimientos quirúrgicos y anestésicos. 

 

Patologías más frecuentes 

 

  • Fisura anal. Herida situada en la parte final del conducto anal que causa mucho dolor, sobre todo al defecar a veces, con sangre, y que persiste a lo largo del día. Suele presentarse por la dificultad de paso de las heces, con una mala dilatación de los esfínteres y espasmo del esfínter interno, lo que perpetúa el estado de la fisura. Su tratamiento pasa por una completa exploración y adopción de medidas conservadoras dietéticas, baños de asiento, autotactos, pomadas locales y dilataciones anales en los casos agudos. De persistir el problema en forma crónica, la intervención quirúrgica sin ingreso (esfinterotomía lateral interna) tiene un 90% de buenos resultados. La toxina botulínica-A también puede ayudar a aquellos pacientes que presentan una alteración previa del esfínter anal interno, ya sea por cirugías previas, partos complicados, enfermedades degenerativas o lesiones traumáticas.
  • Hemorroides. Almohadillas venosas en la unión anorrectal que, con los esfuerzos defecatorios, sangran o terminan de prolapsarse en el ano, causando prurito y dolor. Casi el 50 por ciento de la población las padece en algún momento. Dependiendo del grado hemorroidal, y de que sean internas o externas, se pueden aplicar distintos tratamientos ambulatorios, sin ingreso, como la ligadura elástica con bandas, la escleroterapia o la cirugía con anestesia loco-regional para la extirpación de los paquetes hemorroidales mediante la aplicación de electrocauterio, láser, infrarrojos, radiofrecuencia (Rafaello) o sellador de vasos.
  • Fístula anal.  Suele diagnosticarse por la aparición de pus en la región anal o perianal de forma intermitente y, en el 90 por ciento de los casos, se presenta como un absceso perianal, con dolor intenso, que puede drenar de manera espontánea o requerir de apertura quirúrgica de urgencia. Se origina por la infección de las glándulas anales en la unión anorrectal y su diseminación a los espacios esfintéricos y perianales. De difícil diagnóstico y complejas en ocasiones, las fístulas anales requieren, siempre, de cirugía. Existen varias técnicas quirúrgicas escisión de trayectos, ligadura, esclerosis o colgajos mucosos que se realizan de forma ambulatoria. En ocasiones, son la manifestación de otras enfermedades generales, como la enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Condilomas perianales. Infección intra-anal o perianal, consistente en verrugas  planas o excrecentes provocadas por el Papiloma Virus (HPV) y por contacto sexual con contagio viral. Dado el riesgo de degeneración maligna de estas lesiones, la citología y el adecuado tratamiento y seguimiento de estos pacientes tras la cauterización de las lesiones (química, farmacológica, electrofulguración, etc.), son esenciales.
  • Incontinencia anal.  Aparte de las patología clásicas anales, cada vez más, se presentan padecimientos funcionales, como la incontinencia anal o el estreñimiento por alteración de la defecación. El estudio anorrectal exploración e historia clínica, ecografía anorrectal, resonancia de esfínteres y recto, manometría anorrectal, defecografía y, en ocasiones, estudios de latencia nerviosa y electrofisiología muscular de la zona, permite tipificar su origen para determinar el mejor tratamiento, ya sea con rehabilitación del suelo pélvico, con neuromodulación ambulatoria o con cirugía reconstructora de esfínteres.
  • Sinus pilonidal o quiste sacrocoxigeo. Infección recurrente por inclusión del vello interglúteo, tiene lugar, principalmente, en la zona sacra y coxigea, con senos subdérmicos y trayectos epitelizados que cursan con inflamación y supuración crónica. Precisa, fundamentalmente, de rasurado completo de la zona y exéresis de los trayectos, cauterización o exéresis en bloque y curas secundarias ambulatorias.
  • Hidrosadenitis perianal superficial o profunda. Patología relacionada con la infección recurrente de glándulas sudoríparas (ecrinas) o de glándulas sebáceas (apocrinas), precisa, aparte del tratamiento dermatológico, una solución de exéresis quirúrgica ambulatoria.
  • Otras lesiones anales y perianales. Los especialistas en Cirugía Proctológica del Hospital San José tratan, además de las patologías citadas, todo tipo de lesiones anales y perianales, como lipomas, pólipos, verrugas simples, lesiones dérmicas, úlceras rectales o rectoceles, y realizan biopsias en toda clase de tumores anorrectales.

 

Ante la patología proctológica, el equipo de especialistas del Hospital San José, el doctor Gonzalo Gómez Guerra y la doctora Mariela Braithwaite, cirujanos generales y coloproctólogos, se esfuerzan por cuidar de la intimidad de los pacientes y ofrecerles una óptima información y consejos. Además, realizan un estricto seguimiento del paciente para el adecuado control de sus hábitos dietéticos, defecatorios y de cuidados anales, con el fin de evitar que su problema se repita.